09 julio, 2008

No le hagas caso, mujer. Hazlo por ti


El Ministerio de Igualdad presentó ayer una campaña cuyo objetivo, según confesión de parte, es sensibilizar a la ciudadanía contra los malos tratos a las mujeres.

La campaña, que costará cuatro millones de euros, se desarrollará hasta final de año y trata de despertar
"la complicidad de toda la sociedad para erradicar la violencia contra las mujeres, informar a las víctimas de sus derechos y de los instrumentos previstos para su protección, y conseguir un rechazo social hacia los maltratadores".
Entre el material pedagógico destaca por méritos propios el presente anuncio. Un niño (o una niña) hace una petición a su madre para que actúe frente a los malos tratos que sufre a manos de un desaprensivo al que alguna vez amó.

La cuestión está en la frase en relación con su destinataria. Si no lo haces por ti, hazlo por tus hijos, parece ser el subtexto del anuncio. Resulta extraordinario que una Ministeria creada ad hoc, empiece por arriar la bandera de la dignidad de las mujeres antres de entrar en materia. Una madre abnegada, qué digo una madre, una leona, sacará fuerzas de flaqueza y actuará por sus cachorros. "No te tolero una paliza más", le dirá, tajante, al miserable. "Lo hago por ellos". O, alternativamente: "No me pegues más que nos pueden oír los niños". ¿Y si la maltratada no es madre?¿Sólo las mujeres que no tienen hijos pueden defender su dignidad como plaza fuerte?

"Hazlo por ti. Lucha por tu dignidad" tendría que ser la consigna que dirige a las maltratadas el Feminismo Zapatero 2.0. ¿Hay algún criterio detrás de todo esto?

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Lasciate ogna speranza

El presidente del Gobierno compareció ayer en Antena-3 TV. Lo mejor de todo es que Él dedica una parte relativamente importante de su tiempo de trabajo a arreglar la economía. A lo que más tiempo le dedica, dice y ya se sabe que quien da lo que tiene no está obligado a dar más.

Ojo, que no es la primera vez. El 9 de abril de 2005, el presidente era entrevistado en El Correo por José Miguel Santamaría. El periodista le preguntaba cuáles eran las razones que inspiraban su optimismo de entonces sobre la determinación (que Él conocía) de ETA de abandonar las armas sin contrapartida de precio político. "La primera, la fundamental, (era que) el rechazo social de la violencia en Euskadi es el más alto de toda la historia. Nunca ha habido tanta gente en el País Vasco que ya no soporta que se recurra a la violencia para defender ideas políticas, presuntas ideas políticas."

Pero presten atención a la segunda:

"También debo confesar que el final de la violencia se ha convertido en mi gran empeño como presidente y todos los días dedico tiempo a este problema.”

No como Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González y Aznar que no le dedicaban tiempo a este problema. Ni a la crisis. En realidad, la confianza del presidente se basa en un principo elemental del saber popular: se cosecha lo que se cultiva. Esto en su versión agraria. Adaptada para los consumidores a los que llamó en su discurso de apertura del 37º Congreso del PSOE, la cosa quedaría: "De lo que se come se cría". Lean, lean:

"En los últimos días he escuchado muchos análisis y muchos comentarios sobre el optimismo del Presidente del Gobierno en torno a lo que podríamos llamar un proceso de paz o el fin de la violencia que durante décadas tanto daño ha hecho a este país y especialmente a muchas personas y a sus familias. Créanme que no se trata de optimismo ni de pesimismo. Es una convicción y una convicción que parte de una idea que sirve para la vida, en general, y para la política y para la convivencia, en particular: se cosecha lo que se cultiva y este Gobierno cultiva la esperanza de acabar con la violencia para cosechar esa gran esperanza colectiva y que será, sin duda alguna, si lo logramos, fruto de toda la sociedad española. " (JLRZ, febrero de 2006).