02 julio, 2008

Ibarretxe y los derechos lingüísticos del consumidor



El Gobierno vasco o así aprobó en su Consejo de ayer un decreto que obligará a los establecimientos comerciales que tengan 15 o más empleados a atender en euskera a sus clientes en un plazo no superior a cuatro años. La portavoz Haz Kárate lo explicó así:
«El texto tiene como objetivo materializar el derecho del usuario a recibir en euskera y castellano la información sobre bienes y servicios, así como a utilizar cualquiera de las lenguas oficiales en sus relaciones con empresas o establecimientos que operan en la comunidad autónoma».
Los derechos lingüísticos de los consumidores y usuarios. Demos una vuelta al impresionante concepto y examinemos su operatividad en el mundo real. El derecho a expresarse en euskera está perfectamente garantizado no ya en la Euskadi de Ibarretxe o en la España de Zapatero. Lo estaba hasta en la España de Aznar. Iba un euskaldun a Cuenca, pongamos por caso, y nadie tasaba su derecho a expresarse en euskera en cualquier parte. Otra cuestión es que tenga derecho a que le respondan.

La Constitución establece, sin demasiado sentido en mi opinión, el deber de los españoles de conocer la lengua oficial y el derecho de usarla. Bastaría con reconocer al español como lengua oficial del Estado, lo que garantizaría a todos los ciudadanos que en sus relaciones con el Estado serían atendidos en castellano o español.

El artículo 3, sin embargo no ampara que los poderes públicos coaccionen a ninguna empresa con exigencias lingüísticas. Si un comerciante chino quiere abrir un establecimiento en el que sus dependientes sólo hablen chino cantonés, él verá. No tendría sentido una ley para garantizar los derechos lingüísticos de los hispanohablantes. Para que puedas vivir las 24 horas del día en español. ¿No sonaría ridículo? El Gobierno vasco podría impulsar el comercio en euskera mediante una norma que ayudara a los establecimientos que lo desearan a dotarse de personal euskaldun para cubrir la demanda de los clientes que exigen ser atendidos en euskera.

En el caso que nos ocupa sería más disculpable cuando el ardor por los derechos lingüísticos del personal se extienda a bares y establecimientos análogos. Frase para la campaña:

Bebe tu vida en euskera

Pero así, de momento, los que parece que beben son los autores del engendro.



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