29 junio, 2008

El periodismo en español


Hace unos cuantos meses, la cabecera de El País registró un par de cambios, dos retoques: se acentuó al 'I' y se sustituyó la leyenda 'Diario independiente de la la mañana' por 'El periódico global en español'. Reparo en estos dos detalles tras leer el artículo que ayer publicaba en la última Manuel Rivas.

Lo notable del columnista Manuel Rivas es el descargo de conciencia que hace a propósito del Manifiesto por la lengua común, quince apotegmas descalificadores (alférez provisional, gran dama del nuevo lerrouxismo y otras bobaditas) y ni una sola razón en contra. Apotegma número 11, profecía: "Este Manifiesto, esta torpe campaña, provocará el erizamiento de todos los nacionalismos", escribía unas horas después de que el nacionalismo más tradicionalmente erizado, el vasco, ponía en marcha en marcha el desafío de Ibarretxe gracias a una limosna etarra.

No quisiera este blogmaster resaltar el hecho de que el columnista Rivas ha sido el primero en arremeter contra un manifiesto por la misma lengua que el diario ha puesto a flamear en su cabecera como gallardete o timbre de distinción. Esa es la grandeza de la libertad de prensa. Lo que llama la atención es que el periódico global en español no haya publicado un solo artículo de sus opinadores habituales a favor de la corriente, en petición de que todos los españoles se puedan educar en la lengua que, al parecer, lo distingue. Entre los promotores del manifiesto, Fernando Savater, Mario Vargas Llosa y Aurelio Arteta.

¿Son ellos los únicos que se creen la leyenda de la cabecera? Seguramente no, pero nadie lo ha dicho en voz alta. Quizá estemos ante la verificación del triunfo revolucionario: una empresa capitalista socavada por el trabajo paciente y concienzudo del viejo topo excavando galerías. La hermosa paradoja de Chesterton en El hombre que fue jueves. El País es, también, un periódico que ha sido referente para generaciones de periodistas entre las que uno se cuenta. Dos razones incontestables a favor del manifiesto: subrayar lo que nos une. Hace falta algo con un poco más de continuidad que la selección española de fútbol. Tratándose de periodismo en español, también cabría esperar un afán profesional de cuidar la herramienta de trabajo.

Woody Allen.-¿Tú sabes lo que son los agujeros negros?
Prostituta negra.-Tú, ¿con qué crees que me gano la vida?

(Woody Allen, Deconstructing Harry, 1997)
Castellano. "El mejor manifiesto en defensa de la lengua es la Constitución española, que establece la oficialidad del castellano en todo el territorio nacional (...). La pregunta es: ¿hay que cambiar las leyes sobre el régimen lingüístico? En mi opinión, no". [¿Quiere esto decir que todos los ciudadanos españoles pueden invocar invocar la oficialidad constitucional del castellano o español para exigir que sus hijos sean educados en esa lengua, la materna,en vez de imponérseles como lengua vehicular la cooficial autonómica? Naturalmente que no. No hay que hacer fundamentalismo constitucional. Todos sabemos que la Constitución proclama unos derechos que no se cumplen: ¿Acaso no recoge la Constitución el derecho a la vivienda y hay homeless?¿Por qué va a ser distinto con la lengua? ¿Cuál de los dos derechos es más importante? Estaría bien que los niños vascos cuyos padres son analfabetos en la lengua autonómica pudieran educarse en la común, no digo que no. Pero trate usted de guarecerse en el crudo invierno con el manifiesto ese o con una hoja de periódico (aunque tenga artículo de Savater) y ya me contará. Además, si se toma la molestia de releer el artículo 3 de la Constitución, verá como todo es susceptible de interpretación. El punto 1, por ejemplo, dice:
1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
Si se fija usted bien, verá que se habla en todos los ministerios. Pero nada nos dice el punto 1 sobre las Comunidades Autónomas. Eso viene en el punto 2:
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
¿Qué quiere decir a estas alturas 'también'?¿vamos a hacer materia de causa de un adverbio, como si fuera el sustantivo 'crisis'? Las palabras deben estar al servicio de la política y no la política al servicio de las palabras.]
(José Luis Rodríguez, presidente del Gobierno, entrevistado en el diario El País al cumplir sus cien días como presidente del Gobierno en esta legislatura)




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