22 marzo, 2008

Arte de preguntar. Y de responder


Ángel Sánchez Harguindey entrevista en Babelia al cineasta Manuel Gutiérrez Aragón a propósito de su última película, Todos estamos invitados. El filme trata del terrorismo etarra y del miedo y el director cuenta cómo se le ocurrió la idea:

"Durante el rodaje de Visionarios (2001) en pequeñas localidades del País Vasco y de Navarra vi lo que era la vida cotidiana para algunos, llamémosles disidentes del..., no sé cómo llamarlo, ¿del Régimen vasco?¿Del statu quo? (...)
"Hoy hay gente en el Partido Popular que anima a defender la Constitución, las libertades en el País Vasco... Muy bien. Pero incluso las ideas más nobles pueden utilizarse en forma de porra para darle en la cabeza al discrepante. Ya me hubiera gustado a mí que defendieran lo mismo en el franquismo, con su presidente [honorario] Manuel Fraga a la cabeza, que estaba entre los liberticidas."

El cineasta, algunas de cuyas películas admiro, debería hilar algo más fino. Por ejemplo:

hay sin duda en el PP gente como la que describe Manuel Gutiérrez: personas que hoy animan a defender y defienden la Constitución y las libertades en el País Vasco, pero que no fueron activamente antifranquistas.

¿Y? Uno de los méritos de Fraga Iribarne es haber encauzado al franquismo sociológico por la vereda constitucional. Análogo mérito al de Carrillo Solares que hizo lo propio con el antifranquismo.

¿Creerá Gutiérrez Aragón que en el PSOE no hay gente así?¿Y en el PNV?¿Y en Convergencia i Unió?¿Y en Izquierda Unida? De los once millones de votos que obtuvo el PSOE, ¿cuántos millones de antifranquistas cree el cineasta que había en España el 20 de noviembre de 1975?¿Le parece un cálculo relevante?

Opina más adelante que "hay situaciones que no admiten ambigüedades o neutralidad", afirmación difícilmente objetable. Yo pensaba -y pienso- lo mismo. Por eso coincidí en la práctica que explica MGA a continuación:
"¿Qué me llevó a militar en el partido comunista? Pues el que era muy difícil, en el franquismo, quedarse en casa disfrutando de la lectura de Sartre mientras ahí fuera se negaban todas las libertades..."
Tantos años después, podría haber considerado, todo lo indulgentemente que se quiera, que luchar por las libertades en el Partido Comunista suponía una cierta incongruencia, mirar para otro lado como los personajes de su última película y hacerse mucho el distraído, mientras en Cuba o en Berlín oriental, la gente se jugaba la vida para escapar del paraíso. Tantos años después, podría haber confesado al menos que Sartre era un plasta y un farsante.

Pero lo mejor de la entrevista corre a cargo del entrevistador. En una pregunta que no es tal, dice:
"Ya, pero incluso en filmes tan estremecedores como Asesinato en febrero, tan suciamente programado por la televisión del PP en Madrid [y por TVE para toda España] en vísperas de las elecciones del 14 de marzo de 2004 en aquella enloquecida manipulación del Gobierno de Aznar tras los atentados del 11-M, sobre el asesinato de Fernando Buesa y de su escolta Jorge Díez Elorza, ninguno de quienes recuerdan el hecho lo califican de "asesinato" ni hablan de "asesinos", es como si determinadas palabras no existiesen o el terror fascista estimulara el uso de sinónimos."
Hasta ahora, uno creía que el oficio de periodista consistía en el arte de tasar bien los calificativos y los adverbios. También los considerandos.


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Acuse de recibo



Ernesto Hernández Busto se hace eco en su blog sobre asuntos cubanos del post correspondiente al pasado jueves, día 28, concretamente a la alusión del blogmaster al maquillaje de la Granjita Siboney a base de tiros. Agradecimiento:

Querido Ernesto, muchas gracias por tu aportación. Yo ya había desmitificado la revolución cubana cuando viajé a Cuba por vez primera en 1991, pero me impresionaban mucho cosas como ésta. También me sorprendió el tiroteo que muestra en su fachada el cuartel Moncada, lo que me llevó a la conclusión de que la dictadura de Batista había caído por puritita dejadez. ¿Cómo era posible que en los cinco años y medio que sobrevió al 26 de julio no tuviera tiempo de rasear y pintar aquella fachada? Otro tanto cuando aquel guía nos contó el martirio y asesinato de Abel Santamaría y Boris Luis, los ojos del primero y los testículos del segundo, y cómo aquello fue más de lo que pudo soportar la heroína Haydée Santamaría, que se suicidó por lo que les había hecho el tirano a su hermano y a su novio. Los 27 años transcurridos entre el asalto al Moncada (26 de julio de 1953) y el suicidio de Haydée, (28 de julio de 1980) gran parte de los cuales los vivió casada con Armando Hart, ministro de Cultura, eran tiempo más que suficiente para hacer el duelo.

Algunas veces he recordado esta historia cuando Zapatero contaba un detalle biográfico tan real como estos rasgos de la revolución cubana: su extraordinario apego al abuelo que no conoció, por haber sido fusilado 24 años antes de que él naciera y el silencio que guarda acerca del único que conoció y al que, con toda seguridad quiso: su abuelo materno que le ayudó a venir al mundo.

Un abrazo.

SG


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